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El próximo 21 de mayo, el estadio San Mamés será testigo de una final europea insólita: Manchester United y Tottenham, ubicados en el 15° y 16° lugar de la Premier tras 35 fechas, buscarán salvar sus temporadas conquistando la UEFA Europa League. Lo que empezó como un consuelo se ha convertido en su principal objetivo.

El premio no es menor: el campeón accede a la Champions League 2025/26 y disputa la Supercopa de Europa ante el ganador de PSG vs Inter. Para dos clubes cuya participación en la máxima competición continental parece cada vez más lejana, esta final es mucho más que un trofeo: es una tabla de salvación.

Ambos equipos se replegaron a la Europa League cuando notaron que la liga local no les ofrecía futuro. Mientras Liverpool lideraba con autoridad y otros como Arsenal, City o Chelsea eran protagonistas, los Red Devils y los Spurs se conformaban con no descender, un contraste brutal con la historia que los respalda.

Manchester United fue contundente en las eliminatorias: dejó fuera a Real Sociedad, Lyon y Athletic. Tottenham, por su parte, también mostró carácter eliminando a AZ Alkmaar, Eintracht Frankfurt y Bodo/Glimt. Aunque llegaron terceros y cuartos en la fase de grupos, crecieron en los momentos clave.

El United no gana un título internacional desde 2017, y los Spurs desde 1984. Esta final puede marcar un antes y un después. No solo por el trofeo, sino por el futuro que está en juego: la clasificación a Champions, una Supercopa… y quizás, el resurgir de dos gigantes dormidos.