La estrella eslovena de Los Angeles Lakers, Luka Doncic, ha regresado a la duela de la NBA de la manera más espectacular posible. Tras perderse los últimos tres partidos debido a una leve lesión, el base regresó al roster para dominar completamente el encuentro ante los Memphis Grizzlies, guiando a su equipo a una ajustada victoria por 117-112 en un vibrante duelo.
La actuación de Doncic fue una declaración de intenciones. Lejos de mostrar signos de inactividad, el jugador se encendió desde el inicio, utilizando su visión de juego y su letal arsenal ofensivo para martillar la canasta rival. Al finalizar la noche, su hoja de estadísticas reflejaba una impresionante marca de 44 puntos en 39 minutos, además de sumar 12 rebotes y 6 asistencia, demostrando por qué es considerado uno de los jugadores más determinantes de la liga.
El partido se mantuvo en una intensa paridad hasta el último cuarto, con un intercambio constante de liderazgos. Los Grizzlies, liderados por un esfuerzo colectivo, se negaban a ceder terreno en su casa. Sin embargo, fue la mentalidad asesina de Doncic la que desequilibró la balanza en los minutos finales, cuando tomó el control total del balón y del ritmo de juego.
En el clímax del encuentro, Doncic asumió la responsabilidad de cada posesión crucial. Encestó tiros imposibles y capitalizó las faltas, asegurando la ventaja definitiva para los Lakers. El desempeño del esloveno fue tan crucial que opacó los esfuerzos del equipo de Memphis, cuyos líderes como Ja Morant fueron limitados por la defensa angelina y solo consiguió 8 puntos, que cerró el juego con gran solvencia.
Esta victoria es vital para los Lakers, que necesitaban urgentemente reencauzar su camino en la Conferencia Oeste, especialmente en medio de los cambios institucionales y rumores recientes. El regreso triunfal de Doncic no solo suma un triunfo importante al casillero, sino que también inyecta una dosis de confianza y demuestra que, con su líder sano y productivo, el equipo es un contendiente legítimo al campeonato.
