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La renuncia del suplente de Monreal, Alejandro Rojas Díaz Duran, trae consigo una gran interrogante para la clase política nacional y en general para la comentocracia. Lo pregunta es si la renuncia de Rojas y los duros señalamientos en contra de la 4T, del propio presidente López Obrador y de la mismísima Claudia Sheinbaum tienen el aval de Ricardo Monreal. La estrategia tendría dos variables, por un lado buscaría encarecer la negociación para ganar más espacios de poder con Claudia y por otro, mandar un preventivo guiño a la candidata de enfrente. Y es que cuando Rojas afirma: «He decidido renunciar a Morena porque el presidente Andrés Manuel López Obrador, la doctora Claudia Sheinbaum y Morena insisten en seguir desviando los principios, los compromisos y las promesas contenidas en el Proyecto de Nación que juramos cumplirle al pueblo de México en las elecciones del 2018», ya lo de menos es la renuncia y lo que trasciende es ese dicho que usa tan recurrentemente el presidente y es «lo que no mancha, tizna», sobre todo en época electoral. Por lo pronto queda claro que a Monreal se le da eso de recurrir al doble juego y sino basta ver la elección de la alcaldía Cuauhtémoc del 2021.