El legendario boxeador mexicano Julio César Chávez no pudo contener su enojo tras la cancelación de la pelea entre su hijo Omar Chávez y Misael “Chino” Rodríguez, que estaba programada para llevarse a cabo en Pachuca, Hidalgo. Rodríguez decidió no pelear, argumentando que Omar había excedido el peso acordado después de la rehidratación.
Chávez explicó que su hijo cumplió con el peso estipulado antes del combate, registrando 82.40 kg y que, incluso con los guantes puestos, su peso no superaba los 84 kg. Ante la negativa de Rodríguez, Chávez calificó de “mentirosos” tanto al boxeador como a su entrenador, Robert García, desatando una ola de críticas en redes sociales.
En su arrebato, Chávez fue más allá y pidió a los promotores de boxeo que no volvieran a contratar ni a Rodríguez, quien fue medallista olímpico en Río 2016, ni a su entrenador. Chávez manifestó que lo sucedido en Pachuca fue una vergüenza, pues Omar ya estaba listo para subir al cuadrilátero cuando recibió la noticia de que la pelea no se realizaría.
Este hecho ha generado una gran controversia en el boxeo mexicano, con opiniones divididas. Algunos defienden la postura de Rodríguez, mientras que otros se alinean con la furia de Chávez y critican la actitud del equipo contrario.