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General Motors ha recibido el visto bueno por parte de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) para convertirse en proveedor de motores en la Fórmula 1 a partir de la temporada 2029. Este paso marca un nuevo capítulo para el gigante automotriz estadounidense, que buscará desarrollar una unidad de potencia propia para competir con fabricantes históricos como Ferrari y Mercedes.

Previo a ese debut, el nuevo equipo Cadillac, copropiedad de GM y TWG Motorsports, se unirá a la parrilla de F1 en 2026, utilizando motores Ferrari durante sus primeras tres temporadas. Esta decisión permite a GM afinar su tecnología antes de dar el salto con sus propios motores.

Según un comunicado publicado en redes sociales por la FIA, los trabajos de desarrollo de estas nuevas unidades de potencia ya están en marcha. La planta que albergará la producción se ubicará en Carolina del Norte, lo que refuerza el enfoque nacional de la marca.

En paralelo, la F1 vive un momento de reflexión técnica: tras debatirse en el GP de Bahréin, se confirmó que las unidades híbridas turboalimentadas seguirán vigentes con ajustes en 2026. Sin embargo, aún existen propuestas que apuntan a una futura revolución en los motores, incluyendo la posibilidad de volver a los V10.

Russ O’Blenes, líder de GM Performance Power Units, celebró la aprobación y destacó que se está acelerando el proceso para llevar a la F1 una unidad de potencia «hecha en Estados Unidos». Con este impulso, GM se convierte en un actor clave en la evolución técnica del campeonato.