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La leyenda de la NBA, Michael Jordan, se presentó cordialmente ante el tribunal federal de Charlotte, pero su testimonio no fue nada cordial para NASCAR. Jordan admitió que su naturaleza altamente competitiva y su visión como empresario recién llegado al deporte lo envalentonaron para que su equipo, 23XI Racing, «desafiara» a NASCAR. El objetivo es litigar lo que él percibe como violaciones a las reglas antimonopolio en el modelo de negocio del circuito de carreras.

El problema central del litigio es la naturaleza de los acuerdos de «escudería chárter» de NASCAR, un concepto similar al de franquicias en otras ligas como la NBA o la NFL. El acuerdo original, que data de 2016, expiraba en 2024. Jordan relató que en septiembre de 2024, NASCAR comunicó a los equipos la obligación de firmar una extensión del contrato de fletamento, un documento de 112 páginas que detalla el pago y la garantía de participación en las carreras.

Ante la exigencia de firmar el extenso paquete, Jordan, junto con Front Row Motorsports, decidió que la única opción viable era rechazar el acuerdo y llevar el asunto a litigio. Jordan compartió que él, personalmente, invirtió $40 millones de sus propios fondos en el éxito de 23XI Racing. Subrayó que, al ser un «persona nueva» en el deporte, no tuvo miedo de «desafiar a la NASCAR en su conjunto», argumentando que el deporte necesitaba una perspectiva diferente.

A pesar de la incertidumbre legal y corporativa, Jordan mantuvo su foco en el objetivo final: ganar. Compartió que, a finales de 2024, compró un tercer chárter por 28 millones de dólares después de que su socio, Denny Hamlin, lo convenciera de que un tercer piloto mejoraría sus posibilidades de victoria. «Así que me lancé», afirmó el icónico exbasquetbolista, destacando que el propósito deportivo impulsó sus decisiones financieras.

La presión legal contra el modelo de NASCAR fue liderada por 23XI y Front Row Motorsports, con la resistencia institucionalizada por el rechazo a firmar la extensión contractual. Otras 13 organizaciones sí aceptaron el acuerdo. La nuera de Joe Gibbs, Heather Gibbs, detalló los intentos fallidos de su organización por convencer al director ejecutivo de NASCAR, Jim France, de no forzar la firma. Tras su testimonio de una hora, Jordan abandonó el juzgado en medio de un caos mediático, demostrando que su leyenda aún genera un revuelo masivo.