El cantautor español, Joan Manuel Serrat, depositó en la Caja de las Letras, la número mil 276, su legado para el Instituto Cervantes. Se trata del primer disco que grabó en 1965, compuesto por canciones en catalán, que además fueron las primeras que compuso en su carrera; y la partitura original de “Mediterráneo”, con anotaciones de su puño y letra.
También un libro con poemas de Miguel Hernández que compró en 1966, así como la primera máquina de escribir que tuvo, la cual podía «transportarla de un sitio a otro» y que le gustaba utilizar debido a que tiene «una letra muy difícil de leer incluso para mí».
Antes de entrar a la Caja de las Letras, Serrat dijo que nunca escribió ni hecho nada pensando en que iba a dejar algún legado a nadie, “incluso cuando mis hijos nacieron tampoco lo tenía previsto. Han sido cosas que han ido ocurriendo en la vida, la cual estoy muy agradecido porque me ha permitido hacer un oficio que me ha hecho muy feliz, que me ha dado muchas satisfacciones, que me ha permitido expresarme, comunicarme, encontrarme con los demás».
«Gracias por darme el homenaje, que es dejarme en vida entre tan buenos muertos», expresó Serrat, antes de recibir el XXIX Premio Antonio de Sancha que otorga la Asociación de Editores de Madrid y que también recogió en la sede del Cervantes de manos del presidente de la Asociación de Editores de Madrid, Manuel González Moreno.
Serrat estuvo acompañado de su esposa, Candela Tiffón; por el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero; el presidente de la Asociación de Editores de Madrid, Manuel González Moreno; la exministra de Relaciones Exteriores y Culto de la Nación Argentina Susana Malcorra; y la tesorera de la Asociación de Editores de Madrid, Mónica González Navarro.