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La carrera de Jaime Munguía retoma un rumbo limpio y ambicioso. Tras superar la controversia de un control antidopaje positivo, el boxeador mexicano fue absuelto por la Junta Británica de Control de Boxeo (BBBofC), lo que le permite reanudar sus planes en la élite de la división de supermedianos. El regreso del pugilista al ring se perfila con una esperada pelea contra Christian Mbilli.

El mexicano había logrado una importante victoria ante Bruno Surace en Riad el pasado 3 de mayo, vengando una derrota previa. Sin embargo, el triunfo quedó bajo la sombra de la duda tras el resultado positivo en el control. La batalla legal se centró en la explicación de que el positivo fue provocado por la contaminación en los suplementos que Munguía ingirió horas antes del enfrentamiento.

Su abogado, Paul Greene, demostró ante la BBBofC que la sustancia detectada era la pregnenolona, una hormona natural no prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) ni por la VADA. El argumento clave fue que dicha sustancia, según estudios científicos como el Wang Study de 2014, puede ser responsable de generar falsos positivos, un punto que resultó fundamental para la decisión.

Con la absolución de octubre, Munguía recupera la legitimidad de su última victoria por decisión unánime. Ahora, el enfoque está en concretar el enfrentamiento con Mbilli, el cual, según un reporte de The Ring Magazine, se está negociando para el primer trimestre de 2026, aunque no hay fecha ni recinto definido todavía.

Este duelo se vislumbra como una eliminatoria de facto. El ganador de Munguía vs. Mbilli se posicionaría de manera estratégica para retar al campeón indiscutido de las 168 libras, Terence Crawford, quien se consolidó como monarca absoluto de la categoría tras su triunfo sobre el ‘Canelo’ Álvarez, impulsando al mexicano de nuevo hacia la cima.