Israel ha cometido crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en Gaza, incluida una política deliberada de desplazar por la fuerza a casi 2 millones de civiles palestinos y negarles el derecho a regresar a sus hogares, según un informe de Human Rights Watch.
El informe también calificó de “limpieza étnica” el probable despojo permanente de los habitantes de Gaza en áreas despejadas por Israel para que sirvan como zonas de amortiguamiento y corredores de seguridad.
Los traslados masivos de población comenzaron en los primeros días del bombardeo israelí, cuando el Ejército de Israel ordenó a más de un millón de personas que vivían en el norte que abandonaran sus hogares y se dirigieran a la mitad sur del enclave en tan sólo 24 horas.
A medida que más y más civiles han sido expulsados de sus hogares hacia “zonas seguras” dispersas por toda la Franja de Gaza, las Fuerzas Armadas de Gaza han llevado a cabo demoliciones controladas de infraestructura civil, que junto con la incesante campaña de bombardeos de Israel sobre Gaza han destruido decenas de miles de casas, así como hospitales, escuelas y vastas extensiones de tierras agrícolas, dijo Human Rights Watch.
Esta devastación, dice el informe, corre el riesgo de privar a los civiles desplazados del derecho a regresar a sus hogares cuando los combates, un día, lleguen a su fin.
A través de redes sociales, el ministro de Exteriores israelí, Oren Marmorstein, calificó como “completamente falsas” las acusaciones: “Una y otra vez, la retórica de Human Rights Watch sobre la conducta de Israel en Gaza es completamente falsa y alejada de la realidad”.