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Un día después de dar a conocer el asesinato de su líder, Hassan Nasrallah, Hezbolá confirmó la muerte de Nabil Qaouq, jefe de seguridad de la organización; y de Ali Karaki, comandante del frente sur, quien se encontraba el viernes junto a Nasrallah en el momento del fatal ataque. 

Según autoridades del Líbano, al menos 44 personas han sido asesinadas desde el sábado, 28 de septiembre; y un millón de personas han sido desplazadas por el Ejército israelí durante estos seis días de bombardeos. 

Además, se han producido 216 ataques aéreos en las últimas 24 horas en todo el Líbano, según el Comité de Emergencia del gobierno libanés. 

Otras figuras de Hezbolá también han sido blanco de los ataques israelíes desde la reanudación de los enfrentamientos en la frontera hace un año, cuando el grupo abrió un «frente de apoyo» a los palestinos de la Franja de Gaza. 

Entre los altos cargos abatidos, se encuentran Fouad Chukr, jefe militar de Hezbolá, asesinado el 30 de julio, y Wissam Tawil, comandante de la unidad de élite Al Radwan, quien murió en enero cuando su vehículo fue bombardeado en el sur de Líbano.

Asimismo, Israel mató a Mohammed Srour, jefe de las unidades de drones de Hezbolá, e Ibrahim Koubaissi, quien fue abatido el 24 de septiembre en un ataque en el sur de Beirut. Según el Ejército israelí, Koubaissi era comandante de varias unidades, incluida una de misiles de precisión. 

Ibrahim Aqil, jefe de la unidad de élite Al Radwan, fue asesinado el 20 de septiembre junto con otros 15 miembros de esa fuerza en un ataque que dejó 55 muertos, incluidos civiles, según las autoridades libanesas.