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El gabinete de seguridad israelí votó a favor de aprobar un acuerdo de alto el fuego en Líbano, lo que podría poner fin a más de un año de escaramuzas transfronterizas con Hezbolá y meses de una guerra a gran escala que ha matado a miles de personas.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció, sin embargo, que su país mantendrá «libertad de acción» si Hezbolá viola el compromiso.

«La duración del alto el fuego dependerá de lo que ocurra en Líbano y nosotros mantendremos total libertad de movimiento», afirmó el primer ministro en una comparecencia.

La propuesta incluye tres etapas: una tregua seguida del repliegue de las fuerzas del grupo chií libanés Hezbolá al norte del río Litani; una retirada total de las tropas israelíes del sur de Líbano en un plazo de 60 días y, por último, negociaciones entre Israel y Líbano sobre la demarcación de su frontera, que en la actualidad es una linde fijada por la ONU tras la guerra de 2006.

Se cree que el cese de hostilidades de 60 días tiene como objetivo implementar la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, con la esperanza de que pueda formar la base de una tregua duradera.

La Resolución 1701 fue adoptada para poner fin a una guerra de 34 días entre Israel y el Líbano en 2006, y había mantenido una calma relativa en la zona durante casi dos décadas. Eso duró hasta el día después del ataque de Hamás el 7 de octubre del año pasado, cuando Hezbolá atacó en solidaridad, comenzando más de un año de conflicto.