Un volcán en el suroeste de Islandia entró en erupción por tercera vez desde diciembre, lanzando lava al cielo, lo que llevó a la evacuación del spa Blue Lagoon y afectó el suministro de calefacción y agua caliente en la región.
La erupción comenzó alrededor de las 0600 GMT en una grieta cerca del monte Sýlingarfell, impactando a comunidades en la península de Reykjanes. Aunque la intensidad disminuyó hacia la tarde, la lava y el vapor siguieron emanando.
Grindavik, una ciudad cercana, fue evacuada como precaución, pero no se reportaron amenazas inmediatas. La lava dañó un ducto que suministra agua caliente a la zona, lo que llevó a las autoridades a solicitar moderación en el uso de recursos y causó el cierre de instalaciones públicas.
A pesar de la situación, el aeropuerto de Keflavik no reportó interrupciones significativas. La Oficina Meteorológica había previsto la erupción debido a la actividad sísmica y la acumulación de magma detectadas previamente.