Ricky Hatton, uno de los más grandes ídolos del boxeo británico, fue encontrado muerto en su domicilio de Hyde, Gran Manchester. El ex campeón mundial de dos divisiones tenía 46 años. La investigación forense, encabezada por Alison Mutch, determinó como causa provisional de su fallecimiento el ahorcamiento.
El descubrimiento lo realizó su mánager y amigo, Paul Speak, quien acudió a su casa el 14 de septiembre para llevarlo al aeropuerto. Hatton debía volar a Dubái, donde tenía programada una pelea profesional en diciembre, su esperado regreso tras más de una década fuera del ring.
El Tribunal de Stockport continuará las indagatorias hasta marzo de 2026, mientras amigos y familiares lloran su pérdida. Hatton había sido visto dos días antes por sus seres queridos, y “se encontraba bien”, según la policía.
El funeral reunió a cientos de seguidores y personalidades del deporte británico, como Tyson Fury, Amir Khan y Wayne Rooney. También asistió el músico Liam Gallagher, quien le dedicó un emotivo mensaje en la Catedral de Manchester.
Durante su carrera, Hatton acumuló títulos mundiales y enfrentó a los mejores del planeta. Su estilo aguerrido y humildad lo convirtieron en un ícono popular. En los últimos años, habló sin tapujos de sus batallas con la depresión, convirtiéndose en un referente sobre salud mental en el deporte.