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La preliminar de UFC 308 cerró con una batalla que dejó a los aficionados al límite. Mateusz Rebecki se llevó una victoria reñida sobre Myktybek Orolba, en una pelea que desde el primer minuto demostró ser de alto voltaje y digna del bono de la noche.

En el primer round, Rebecki dominó con golpes precisos y duros que rápidamente comenzaron a dañar el rostro de su rival. Sin embargo, Orolba, mostrando una resistencia asombrosa, soportó cada impacto sin retroceder. Al finalizar el primer asalto, su ojo derecho estaba gravemente inflamado, pero el médico decidió permitir que la pelea siguiera.

El segundo round se tornó aún más sangriento cuando, tras un choque de cabezas, Rebecki terminó con una herida profunda en el párpado que hizo correr la sangre por su rostro. A pesar de la intensidad, ambos luchadores intercambiaron golpes en un dramático tercer asalto que dejó a todos los presentes en suspenso.

La pelea se resolvió en una decisión dividida a favor de Rebecki. La imagen del ojo lastimado de Orolba se convirtió en el símbolo de esta guerra inolvidable en el octágono.