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Los trabajadores del Museo del Louvre han convocado a una huelga indefinida a partir de este lunes, como respuesta al deterioro de sus condiciones laborales y a la falta de recursos para garantizar el funcionamiento y la seguridad de la institución.

La protesta surge en un contexto especialmente delicado para el museo, marcado por instalaciones envejecidas, recortes de personal y recientes incidentes que han puesto en entredicho su capacidad operativa.

Representantes sindicales han advertido que el nivel de inconformidad entre el personal es alto y que existen condiciones para un paro de gran impacto. Entre las principales preocupaciones se encuentran el estado ruinoso de varias áreas del edificio y los riesgos asociados a la seguridad, especialmente tras el robo de joyas históricas ocurrido en octubre, que aún no han sido recuperadas.

Los sindicatos denuncian que, pese al crecimiento sostenido del número de visitantes, la plantilla laboral se ha reducido de manera significativa en los últimos años.

Otro punto central del conflicto es el nuevo esquema de precios anunciado por el museo, que contempla un aumento considerable en el costo de entrada para visitantes de fuera del Espacio Económico Europeo.

Los trabajadores consideran que esta medida es discriminatoria y no soluciona los problemas estructurales del Louvre, además de generar tensiones con el público internacional. Entre sus demandas también figuran incrementos salariales, la contratación de más personal de seguridad y cambios en el modelo de gobernanza interna.

Ante la inminencia de la huelga, el Ministerio de Cultura de Francia anunció la puesta en marcha de una misión especial para evaluar la situación del museo y proponer soluciones de corto y mediano plazo.

El encargo busca atender los desafíos operativos y preservar el patrimonio del recinto, considerado el museo más visitado del mundo, con un informe que deberá presentarse en las próximas semanas.

La convocatoria al paro se da tras una serie de reveses recientes para la institución, como daños a libros antiguos por una inundación, el cierre preventivo de algunas galerías por problemas estructurales y el impacto simbólico del robo de piezas históricas.

Autoridades culturales han expresado su preocupación por el costo económico y reputacional que implicaría un cierre prolongado del Louvre, en un momento clave para el turismo y la imagen cultural de Francia.