Luka Doncic vivió su estreno soñado con Los Angeles Lakers en una noche de puro espectáculo. El esloveno, que llevaba un mes y medio fuera por lesión, no necesitó brillar demasiado para contribuir a la victoria fácil de su equipo sobre los Utah Jazz (132-113). En solo 24 minutos en la duela, el exjugador de los Mavericks registró 14 puntos, cinco rebotes y cuatro asistencias, mostrando apenas una muestra de lo que puede aportar al equipo angelino.
Desde antes del partido, el ambiente era de gala en el pabellón. Casi 20.000 camisetas con el dorsal 77 decoraban los asientos en honor al nuevo fichaje estrella, una imagen que dejó sin palabras al propio Doncic. “Parecía irreal”, confesó tras el juego. Incluso LeBron James se sumó al homenaje, calentando con la camiseta del esloveno y cediéndole el honor de ser presentado en último lugar durante la introducción de los quintetos.
El recibimiento fue digno de una superestrella. La voz del legendario Lawrence Tanter, narrador de los Lakers desde la época del Showtime, elevó la expectación hasta que el grito final con el nombre de Luka hizo explotar a los aficionados. Era una noche especial, no solo por ser el debut de Doncic, sino porque coincidía con el primer lunes después del Super Bowl, un momento clave para la NBA.
La conexión con LeBron comenzó a notarse desde el primer instante, y aunque su impacto aún está por verse en su totalidad, los Lakers ya han encontrado a su nuevo generador de juego. Con Doncic en la cancha, la franquicia más glamurosa de la NBA refuerza su candidatura al título y añade un nuevo capítulo a su historia dorada.