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La candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Kamala Harris, prometió en su primer viaje de campaña a la frontera con México que de ser electa trabajará con republicanos e independientes para garantizar la seguridad limítrofe, así como la reforma del «roto sistema migratorio» de Estados Unidos.

La vicepresidenta y candidata a la presidencia por el partido demócrata llegó a la comunidad fronteriza de Douglas, Arizona, para hablar sobre migración, tema en el que los votantes favorecen a su rival republicano Donald Trump, según las encuestas.

«Tenemos el deber de fijar las reglas en nuestra frontera y hacerlas cumplir», dijo Harris. «Somos también una nación de migrantes», agregó.

Negó que se deba elegir entre asegurar la frontera o crear un sistema de migración seguro, ordenado y humano. “Podemos y debemos tener ambos», dijo Harris.

La demócrata prometió sanciones más severas para quienes crucen la frontera de forma ilegal, pero una alternativa legal para garantizar ciudadanía a los migrantes que han estado en Estados Unidos durante años de manera irregular.

Todo esto, Harris prometió, en acuerdo con los republicanos e independientes, a pesar de que el tema es uno de los más divisivos en la altamente polarizada escena política del país.