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La primera práctica libre del Gran Premio de México 2025 en el Autódromo Hermanos Rodríguez tuvo un giro inesperado que se robó la atención del paddock y de las redes sociales. Mientras la parrilla de la Fórmula 1 rodaba en la pista, el piloto británico de Mercedes, George Russell, decidió cambiar su asiento de monoplaza por una butaca de las gradas, viviendo la experiencia del evento como un aficionado más. Para pasar desapercibido y, a la vez, celebrar la cultura local, Russell se mezcló entre los asistentes utilizando una icónica máscara de luchador mexicano. Su aparición entre el público generó una ola de sorpresa, curiosidad y emoción, con los fans capturando y compartiendo inmediatamente las imágenes del piloto inmerso en la fiesta mexicana.

Mientras Russell disfrutaba del ambiente, su lugar en el W16 de Mercedes fue ocupado por el joven piloto de desarrollo Fred Vesti. El danés, considerado una de las promesas de la escudería, completó su primera sesión de práctica libre con un desempeño sólido y consistente. Vesti logró registrar un tiempo respetable de 1:19.689, situándose en la posición 14 de la tabla general. Este tiempo, aunque no en los primeros lugares, fue valorado por el equipo como una sesión productiva de recopilación de datos, cumpliendo con el reglamento que exige dar oportunidad a jóvenes talentos.

La decisión de Russell de ceder su asiento se enmarca en un momento crucial de la temporada. Actualmente, el británico se encuentra en la cuarta posición del Campeonato Mundial de Pilotos, inmerso en una intensa batalla por los puestos de honor. La lucha en la tabla de constructores y pilotos está al rojo vivo, con Mercedes buscando asegurar su posición ante la fuerte competencia de equipos como McLaren, Ferrari y el dominante Red Bull. Russell retomará el control total de su coche con la misión de afinar la configuración del monoplaza y de sumar la mayor cantidad de puntos posibles en el fin de semana.

El gesto de George Russell no solo fue un acto espontáneo, sino que también inyectó una dosis de color y cercanía, enriqueciendo la ya vibrante atmósfera del Gran Premio de México. Esta escena, que mostró a un Russell relajado y conectado con los aficionados, subraya el espíritu festivo y acogedor del evento. La inesperada aparición del piloto de Mercedes como un «luchador anónimo» se convirtió en un momento memorable, demostrando que la pasión por la Fórmula 1 va más allá de la pista y que el GP de México sigue siendo uno de los eventos más singulares y emocionantes del calendario.