Saltar al contenido principal
Publicidad

El día de ayer, en un Zócalo capitalino a reventar, la Presidenta Claudia Sheinbaum dio un mensaje al pueblo de México con motivo del primer aniversario de su llegada a la titularidad del Poder Ejecutivo Federal. En la ceremonia, denominada “La Transformación avanza”, destacó los avances en política social y reducción de la pobreza, como una continuidad del proyecto de la Cuarta Transformación. Además, mencionó la fortaleza en materia económica, el combate a la inseguridad y los grandes proyectos de política industrial en el marco del Plan México, que busca impulsar el desarrollo en las diferentes zonas del país. También resaltó la importancia de los proyectos ferroviarios, que permitirán una mayor conectividad, tanto de pasajeros como de mercancías, y las acciones de infraestructura hidroagrícola, incluyendo el ordenamiento de las concesiones de aguas subterráneas, buscando una mayor productividad del sector primario y la soberanía alimentaria de México.

A pesar de los indudables avances de los años recientes, es evidente que aún hay muchas tareas pendientes por realizar, como terminar con la facturación falsa o el denominado “huachicol fiscal”, que constituyen una de las grandes afrentas a las finanzas públicas y, por lo tanto, al pueblo de México. Pero para acabar con estas actividades criminales no basta con algunas declaraciones políticas ni con modificaciones legales improvisadas y casuísticas. Por el contrario, se requiere un fortalecimiento institucional del Estado, en el que se establezcan mecanismos claros y eficientes para atacar las actividades delictivas y para minimizar lo más posible el riesgo de acciones de corrupción.

Teniendo presente que desde el Segundo Piso de la Transformación se buscan tanto un mayor crecimiento económico para el bienestar de la población como la protección de los derechos y libertades de la ciudadanía, es necesario que desde el Poder Legislativo se impulsen importantes modificaciones al marco normativo, basadas en tres trilogías centrales en materia de desmantelamiento de los privilegios, rendición de cuentas y democratización.

Respecto al primer punto, ya se han aprobado las reformas legales para combatir la reelección y para eliminar el nepotismo electoral, lo que impedirá la formación de cúpulas políticas elitistas. El tercer elemento lo constituye la reforma para eliminar el fuero. Diputados, senadores y gobernadores no debería tener ningún privilegio procesal que los excluya del cumplimiento de la ley y los diferencie del resto de la ciudadanía. La iniciativa de reforma se encuentra en estos momentos en análisis de la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados y será dictaminada en las próximas semanas.

La segunda trilogía consiste en una modernización al esquema de fiscalización y rendición de cuentas, e incluye modificaciones a la Ley de Fiscalización, para hacer más fuertes los mecanismos de control implementados por la Auditoría Superior de la Federación, incluyendo la no reelección de la persona que ocupe su titularidad. También es indispensable implementar mecanismos para la mayor profesionalización del sector público, inyectando mayores estándares éticos y técnicos a toda la burocracia. Un aspecto adicional lo constituye la revisión del Sistema Nacional de Planeación Democrática, desde la planeación hasta la evaluación de todas las políticas públicas.

La tercera trilogía se refiere a los procesos de democratización por los que debe atravesar el país. Desde luego, el primer punto, la reforma electoral, es un pilar fundamental que ayudará a legitimar al sistema político mexicano, pero la discusión no debe centrarse en la representación proporcional, sino en buscar mejores formas de impulsar, de manera constante, la participación ciudadana en la resolución de problemas públicos. Otro punto de esta trilogía se refiere al fortalecimiento y modernización de los procesos de la institución que representa a la población y es la encargada de dialogar sobre la legislación que rige al país: el Poder Legislativo. Finalmente, en la medida en que avancemos hacia una sociedad más democrática es inevitable que existan diferencias ideológicas, pero, independientemente de las posibles críticas al gobierno, es necesario siempre proteger, con los estándares de derechos humanos más altos, la Libertad de Expresión, combatiendo de manera constante cualquier tipo de autoritarismo por parte del Estado.  

Durante las siguientes semanas se estarán discutiendo los mencionados temas, empezando por el Primer Encuentro por el Fortalecimiento del Poder Legislativo, evento que se inaugura el día de hoy en la Cámara de Diputados y constituirá un ejercicio abierto, organizado de la mano de la sociedad civil, con la participación de diversos especialistas en el tema. Las propuestas serán sistematizadas y analizadas para construir juntos un mejor Congreso, más democrático y transparente. 

En México persisten procedimientos opacos, dispersos, discrecionales y canales de “participación social” que rara vez permiten incidir de forma eficaz y transparente en quienes necesitan cambios legales concretos para poder cumplir con sus proyectos de vida. La evidencia confirma el deterioro de la confianza pública: la credibilidad en los cuerpos legislativos es muy baja en comparación a otras instituciones y la promesa de un futuro mejor y más justo no queda siempre plasmada de manera efectiva en las leyes que nos rigen.

El Encuentro buscará ser un verdadero espacio de deliberación pública. Las mesas temáticas organizan el debate en cuatro ejes: transparencia, contrapesos internos, profesionalización y participación social. Mediante metodologías participativas se identificarán las causas y efectos que se han diagnosticado en las últimas décadas por decenas de organizaciones, activistas, académicos y personas expertas. Con bases firmes, pero sin imposiciones desde arriba, se buscará estandarizar procedimientos, medir desempeño con indicadores objetivos, asegurar pluralismo en órganos clave y profesionalizar al personal técnico. Donde hay datos abiertos, interoperabilidad y criterios de evaluación, la captura se dificulta, la deliberación mejora y la vigilancia ciudadana deja de ser promesa para convertirse en práctica.

Por eso, el Congreso se fortalece cuando su arquitectura interna hace posible escuchar, deliberar y rendir cuentas sin excusas. Este proceso presenta una manera de trabajar que intenta reconciliar técnica y política, convicción y prueba, urgencia y cuidado. No se trata de decirlo mejor: se trata de hacerlo verificable. Ese es el compromiso que se asume desde hoy.

Diputado Alfonso Ramírez Cuéllar

Fundador y presidente nacional del movimiento “El Barzón”, Asambleísta en la II Legislatura del Distrito Federal, donde presidió la Comisión de Educación, y Diputado Federal en las legislaturas LVII, LIX y LXIV, desempeñándose como Secretario de la Comisión de Hacienda y Crédito Público, Presidente de la Comisión Especial de Investigación del IPAB, y Presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, respectivamente. Fue Presidente Nacional de MORENA en 2020 y Coordinador Nacional de Sectores Sociales, Productivos y Económicos durante la campaña presidencial de la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo. Actualmente es Diputado Federal en la LXVI Legislatura y Vicecoordinador del Grupo Parlamentario de MORENA en la Cámara de Diputados.