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De enero a octubre de 2025, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX), a través de los Centros de Justicia para las Mujeres (CJM) brindó 12 mil 500 mujeres en las sedes de Azcapotzalco, Iztapalapa, Tlalpan y La Magdalena Contreras.

La directora general de los CJM, Nancy Iniestra Morales, señaló que los centros permiten acceder de manera segura y oportuna a servicios jurídicos, médicos, psicológicos y sociales a quienes enfrentan violencia.

Explicó que en cada centro opera una agencia del Ministerio Público facultada para iniciar investigaciones por violencia familiar y otros delitos de género, así como solicitar medidas de protección ante la autoridad judicial cuando existen riesgos para la integridad de las víctimas y de sus hijos.

Dichas medidas se pueden emitirse el mismo día que se reporta la violencia, incluso sin necesidad de denuncia previa, ya que “las medidas de protección son un derecho y una obligación del Estado para salvaguardar a las mujeres ante cualquier situación de riesgo”, aseguró Iniestra Morales.

En lo que va del año se han tramitado 4 mil 400 medidas de protección para niñas, niños, adolescentes y mujeres, que pueden incluir la prohibición al agresor de acercarse al domicilio o lugar de trabajo, comunicarse con la víctima o intimidarla, así como su salida del hogar que comparten.

Los CJM existen desde 2015 y están diseñados bajo lineamientos de psicología ambiental definidos por ONU-Hábitat, con entornos protectores que favorecen la contención emocional y generan condiciones de confianza para que las mujeres expongan los hechos de violencia que han vivido.

En cada caso, el equipo profesional construye junto con la usuaria un plan de intervención personalizado que puede incluir procesos terapéuticos, asesoría jurídica, acompañamiento social, medidas de protección y acciones de empoderamiento.

El programa incluye un área de empoderamiento, que tiene el objetivo de fortalecer la autonomía económica y psicosocial de las mujeres a través de talleres, capacitación, vinculación laboral y acceso a programas sociales. Este trabajo contribuye a que las usuarias construyan o retomen un proyecto de vida y cuenten con herramientas para dejar de depender del agresor.

Cada CJM cuenta además con un área lúdica especializada para infancias, donde se brinda atención pedagógica a hijas e hijos de mujeres que han vivido violencia de género. Desde este espacio se identifican posibles vulneraciones de derechos y, cuando es necesario, se realizan canalizaciones a las instancias competentes.