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El lunes, tras una extensa búsqueda en una región montañosa y brumosa del noroeste de Irán, medios estatales informaron el hallazgo del presidente iraní, Ebrahim Raisi, el ministro de Asuntos Exteriores, Hossein Amirabdollahian, y otras personas fallecidas en el lugar del accidente de helicóptero.

El accidente ocurrió en un momento de gran tensión en el Medio Oriente debido a la guerra entre Israel y Hamas y a acciones recientes de Irán, como ataques con drones y misiles contra Israel y el enriquecimiento de uranio a niveles preocupantes. Además, Irán ha suministrado drones a Rusia y a milicias en la región, aumentando las tensiones internacionales.

Internamente, Irán enfrenta protestas por su economía debilitada y los derechos de las mujeres, incrementando la sensibilidad del momento para Teherán y su futuro. Entre los fallecidos se incluyen también el gobernador de la provincia iraní de Azerbaiyán Oriental y varios funcionarios y guardaespaldas.

Las primeras imágenes del lugar del accidente mostraron un incendio en una montaña empinada cerca de la frontera con Azerbaiyán. Estas imágenes fueron inicialmente publicadas por autoridades turcas. En Irán, el ayatolá Ali Jamenei, líder supremo del país, había pedido oraciones por la salud de Raisi la noche anterior.

La Constitución de Irán establece que el vicepresidente asume el poder si el presidente fallece, con el consentimiento de Jamenei. Se convocarían elecciones presidenciales en un plazo de 50 días.

El primer vicepresidente Mohammad Mokhber comenzó a gestionar llamadas internacionales en ausencia de Raisi. Tras la muerte de Raisi, algunos analistas han sugerido que Mojtaba Khamenei, hijo del líder supremo, podría ser un sucesor potencial, aunque esto ha generado preocupaciones debido a la continuidad del poder dentro de la misma familia desde la Revolución Islámica de 1979.