Este domingo de madrugada, Barcelona ha perdido a uno de sus referentes más polifacéticos: Carles Vilarrubí ha fallecido de forma inesperada a los 71 años de edad. Reconocido ampliamente por su etapa como vicepresidente del FC Barcelona bajo las presidencias de Rosell y Bartomeu, Vilarrubí fue, ante todo, un estratega de los negocios con una trayectoria que abarcó desde el sector público de las loterías hasta la alta banca de inversión internacional.
Su currículum empresarial es un reflejo de la historia económica reciente de España y Cataluña. Fue consejero de Telefónica, presidente de CVC Grupo Consejeros y una figura determinante en la fase inicial de Port Aventura como consejero delegado de Grand Península. Su capacidad de gestión lo llevó a ser miembro del consejo de gobierno de Foment del Treball, donde defendió los intereses de la patronal catalana con la misma pasión que ponía en sus proyectos personales.
En el FC Barcelona, Vilarrubí fue el rostro de la representación institucional durante siete años. Su salida del club en 2017 evidenció su fuerte carácter y principios, al considerar que el club no debía haber jugado a puerta cerrada aquel fatídico 1 de octubre. Aquella dimisión cerró un ciclo en el que ayudó a profesionalizar diversas áreas del club, aportando su experiencia en la gestión de crisis y en la proyección internacional de la marca Barça.
Además de su éxito financiero, Vilarrubí fue un hombre de gran sensibilidad cultural y académica. Como presidente de la Academia Catalana de Gastronomía, impulsó el reconocimiento de la cocina local como un activo estratégico. Su ensayo «El impacto de la crisis en el fútbol» se convirtió en una lectura obligada para entender la transformación del deporte rey en una industria globalizada, demostrando que su visión siempre iba un paso por delante de la actualidad.
La Generalitat de Cataluña ha lamentado la pérdida de un hombre distinguido con la Creu de Sant Jordi, destacando su contribución al tejido institucional del país. Carles Vilarrubí será recordado como un puente entre mundos aparentemente distintos, logrando que el fútbol, la gastronomía y las finanzas convivieran bajo un mismo liderazgo. La familia azulgrana y el sector empresarial despiden hoy a un barcelonés de cepa que entendió el éxito como una herramienta de servicio a su comunidad.




