La polémica en la Fórmula 1 sigue escalando, y esta vez, la Asociación de Pilotos de Grandes Premios (GPDA) ha manifestado su descontento ante la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) debido a sanciones impuestas a pilotos como Max Verstappen y Charles Leclerc. Estas sanciones fueron aplicadas por el uso de lenguaje inapropiado en conferencias de prensa, pero la GPDA argumenta que la FIA debería ser capaz de diferenciar entre insultos y expresiones coloquiales propias de momentos de frustración.
La GPDA no solo rechaza estas sanciones, sino que también critica el tono y la actitud del presidente de la FIA, Mohamed Ben Sulayem, hacia los pilotos. La asociación exige un trato más profesional y respetuoso que reconozca la madurez de quienes compiten en el más alto nivel del automovilismo. Además, se pide claridad sobre el uso de las multas impuestas.
Este conflicto se suma a otras disputas previas, como la polémica por la prohibición de joyas y el uso obligatorio de ropa interior ignífuga. Estas medidas han generado tensiones entre los pilotos y la FIA, intensificando la falta de comunicación y el clima de desconfianza.
La GPDA espera que la FIA reconsidere su postura y busque un diálogo más constructivo con los corredores. En el próximo Gran Premio de Las Vegas, será crucial ver si esta tensión se reduce y si se logra un ambiente de mayor respeto y colaboración.