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Un tribunal de Seúl aprobó una nueva orden de arresto contra el expresidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, acusado de intento de rebelión y otros delitos relacionados con la imposición ilegal de la Ley Marcial en diciembre. El fallo se basa en el riesgo de destrucción de pruebas, según argumentó el fiscal especial Cho Eun-suk.

Yoon fue trasladado nuevamente a un centro de detención cerca de la capital, apenas cuatro meses después de haber sido liberado tras la revocación de su primer arresto en enero. El Tribunal Constitucional ratificó su destitución en abril, formalizando su salida del cargo.

El equipo del fiscal especial investiga cargos adicionales contra Yoon, como obstrucción de deberes oficiales, abuso de poder y falsificación de documentos.

El expresidente fue interrogado dos veces antes de la audiencia de siete horas que precedió a su nueva detención.

Yoon puede permanecer bajo custodia hasta 20 días en el centro mientras avanzan las investigaciones, aunque su detención podría extenderse. Su defensa calificó el arresto como excesivo y sin fundamentos, pero no ha emitido comentarios tras la decisión judicial.

El exmandatario fue acusado formalmente el 26 de enero por orquestar un intento ilegal de tomar el control del poder legislativo y electoral, y por ordenar la detención de opositores.

También se le imputa imponer la ley marcial sin seguir el procedimiento legal requerido y haber desplegado fuerzas de seguridad presidenciales, como un ejército privado, sin la aprobación del gabinete, para bloquear un intento de arresto en su residencia. De ser hallado culpable, podría enfrentar cadena perpetua o incluso la pena de muerte.