Estados Unidos anunció nuevas tarifas portuarias sobre los buques construidos y operados por China, en una apuesta por impulsar la industria naval nacional y frenar el dominio del gigante asiático en el sector.
La medida se conoce cuando Estados Unidos y China se encuentran en plena guerra comercial por los aranceles del presidente Donald Trump a las importaciones.
“Los buques y el transporte marítimo son vitales para la seguridad económica estadounidense y la libre circulación del comercio”, declaró el representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, en un comunicado.
Según el funcionario, la mayoría de las tasas entrarán en vigor a mediados de octubre y se cobrarán por cada visita de un buque a Estados Unidos, no por cada puerto en el que atraquen y solo hasta cinco veces al año.
Habrá tarifas distintas para los buques operados por chinos y para aquellos construidos en China, y ambas aumentarán gradualmente en los años siguientes.
Además, todos los buques de transporte de automóviles que no hayan sido ensamblados en Estados Unidos también tendrán que pagar una tasa que comenzará a aplicarse dentro de 180 días.