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Las confederaciones Concacaf y Conmebol mantienen conversaciones muy avanzadas con la intención de que Estados Unidos se convierta en la sede de la Copa América 2028. Si las negociaciones llegan a buen puerto, el país norteamericano albergaría el torneo por segunda edición consecutiva, marcando un logro al ser la tercera vez que lo organiza entre 2016 y 2028, lo que subraya la consolidación de la nación como el eje comercial y logístico del fútbol continental.

La repetición de la sede se desprende de la exitosa alianza estratégica entre ambas confederaciones, un modelo que se estrenó en 2024 y que aseguró la participación de seis selecciones de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe junto a las diez naciones sudamericanas. Este esquema demostró ser un acierto financiero y de convocatoria, con la edición 2024 generando ingresos récord y atrayendo a 1.6 millones de aficionados a los estadios.

La confirmación de la sede permitiría a la Selección Mexicana asegurar su continuidad en el certamen, manteniéndose activa en la competencia de mayor prestigio en el continente. No obstante, el principal desafío logístico para 2028 radica en la necesidad de evitar cualquier empalme de calendario con los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, programados para iniciar el 14 de julio de ese mismo año.

Mientras Estados Unidos es la opción primaria, Conmebol mantiene un plan de contingencia evaluando alternativas en Sudamérica, con Argentina y Ecuador listos para ser considerados. Sin embargo, la ventaja logística y la capacidad de generación de ingresos del mercado estadounidense le otorgan una clara delantera en las negociaciones.

De confirmarse el acuerdo, la Copa América 2028 se integraría a una agenda futbolística monumental en Norteamérica, que incluye ya la Copa Mundial de 2026 y la candidatura conjunta para la Copa Mundial Femenina de 2031. La decisión reforzará la tendencia de llevar los torneos sudamericanos a la lucrativa geografía del norte.