La NASA aumentó a 3.1% la probabilidad de que un asteroide impacte a nuestro planeta en 2032, lo que representa el pronóstico más alto hasta el momento.
El cuerpo espacial fue descubierto recientemente, en diciembre de 2024 por el Observatorio El Sauce de Chile, pero a medida que se conoce más sobre este cuerpo celeste, aumentan las posibilidades de que golpee la Tierra.
A finales de enero pasado la NASA nombró al asteroide YR4 con un nivel tres en la escala de Turín, un parámetro que permite medir el peligro que representan los objetos cercanos a la Tierra.
De acuerdo con esta escala, el asteroide es un “encuentro cercano que merece la atención de los astrónomos”.
A pesar del aumento de probabilidades, los expertos afirman que no hay de qué alarmarse. La comunidad astronómica mundial sigue de cerca la situación y el telescopio espacial James Webb se dispone a fijar su mirada en el objeto el mes que viene.
Los astrónomos estiman que tiene entre 40 y 90 metros de ancho, según su brillo.
La última vez que un asteroide de más de 30 metros de tamaño planteó un riesgo tan significativo fue Apofis, cuando en 2004 tuvo un 2.7 por ciento de probabilidades de impactar contra la Tierra.
A diferencia del asteroide de 10 kilómetros de ancho que aniquiló a los dinosaurios hace 66 millones de años, el YR4 está clasificado como un “asesino de ciudades”: no es una catástrofe global, pero puede causar una destrucción significativa.
Su potencial de devastación no se debe tanto a su tamaño, sino a su velocidad, que podría ser de casi 65 mil kilómetros por hora.