La noche del 5 de noviembre de 2025 pasará a la historia de la National Hockey League (NHL) como el día en que Alex Ovechkin redefinió la grandeza goleadora. El capitán de los Washington Capitals, a sus 40 años y en su juego número 1,504, se convirtió en el primer y único jugador en la historia de la liga en alcanzar la asombrosa cifra de 900 goles en su carrera. Un logro que parecía imposible, incluso después de que ‘Ovi’ superara el récord histórico de Wayne Gretzky (895) meses atrás.
El récord se consumó durante la victoria de los Capitals por 6-1 sobre los St. Louis Blues en el Capital One Arena. El gol, que llegó a los 2:39 del segundo periodo, no fue un one-timer explosivo desde «su oficina» el círculo izquierdo, sino un inesperado y hábil revés (‘backhand’) tras un rebote en el círculo derecho que superó al portero Jordan Binnington. Este tanto dio a Washington una ventaja de 2-0 y desencadenó un estallido de júbilo, con el banquillo vaciándose para celebrar con su capitán.
Lo verdaderamente impactante de este récord reside en su contexto y consistencia. Habiendo roto la marca de Gretzky (895) en abril de 2025, Ovechkin inició la temporada 2025-2026 necesitando solo tres anotaciones para el número redondo. Tras un breve «atasco» de cuatro juegos sin gol, finalmente logró la cifra mágica, demostrando que su determinación y puntería son ajenas al paso del tiempo o a las rachas temporales.
La celebración estuvo marcada por un momento inusual. El portero rival, Jordan Binnington, intentó tomar el disco histórico y guardarlo en sus pantalones. Aunque el puck fue recuperado por los árbitros y entregado al equipo de Washington, el incidente no logró opacar la trascendencia del momento. Ovechkin, con la clase que lo caracteriza, optó por no comentar sobre el drama, dejando que sus nueve centenas de goles hablaran por sí mismas.
Con 900 goles y 1,631 puntos totales en su currículum, el legado del delantero ruso está más que cementado. A pesar de que la meta de los 1,000 goles parece aún lejana, el hecho de que siga rindiendo a un nivel de élite a los 40 años, tras dos décadas en la liga, subraya su estatus como el máximo anotador de todos los tiempos. La noche no solo fue suya, sino que sirvió de catalizador para los Capitals, quienes anotaron tres goles en el segundo periodo tras el histórico tanto.











