El Real Oviedo tiene nuevo líder en el banquillo: Guillermo Almada, un hombre de absoluta confianza para el presidente Jesús Martínez y el Grupo Pachuca. La operación, que convierte a Almada en el tercer técnico de la temporada tras Paunovic y Carrión, se concretó tras una intensa negociación contrarreloj que obligó a Martínez a pagar una relevante compensación económica al Real Valladolid, donde Almada inició la presente campaña.
El movimiento implica un importante alivio de caja para el Valladolid. El club blanquivioleta ingresará $400,000 euros (equivalentes a 8 millones de pesos mexicanos) por la cesión de los derechos federativos del entrenador uruguayo. Esta suma fue la condición clave impuesta por el Valladolid para liberar a Almada. La operación, gestionada por Martínez y su asesor Rafael Monge, deberá ser afrontada por el Oviedo de manera fraccionada, dada la restricción que maneja el club en su margen salarial.
La confianza de Martínez en Almada radica en su exitosa trayectoria previa en México. El charrúa dirigió al Pachuca entre 2021 y 2025, periodo en el que cosechó títulos y se distinguió por impulsar a los jóvenes canteranos, un factor crucial para el Grupo. Su reputación es tal que incluso fue considerado como candidato para la dirección técnica de la Selección Mexicana. La negociación también incluyó otro movimiento entre clubes: un preacuerdo para que el futbolista Kenedy sea traspasado de Valladolid a Pachuca por casi un millón de euros.

A pesar de su aval en México, Almada llega a un Oviedo inmerso en una situación crítica: el equipo está a cinco puntos de la salvación en un ambiente de descontento en la grada, algo que ya había vivido en Valladolid, donde parte de la afición pidió su dimisión. El técnico uruguayo se pondrá al frente del equipo inmediatamente en El Requexón para preparar su debut ante el Celta, con la presión de enderezar el rumbo en un mercado invernal que ya anticipa una profunda reestructuración de la plantilla.








