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El Presupuesto de Egresos de la Federación 2024 sin los pobres de Acapulco

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Foto: Rotativo Querétaro

Sólo le queda un poco más de un mes al periodo ordinario de sesiones que muchos desearían que fuese el último, unos porque son legisladores y ya se cansaron de trabajar, otros porque han sido afectados por la capacidad destructiva que han tenido la LXIV y LXV Legislaturas.

La actividad parlamentaria en México resalta más por su descrédito entre la población mexicana que por la buena percepción que se tiene de sus resultados.

De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) 2021 realizada por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), se revela la poca confianza que depositan los mexicanos en el poder legislativo, entiéndase la Cámara de Diputados y de Senadores, así como en los partidos políticos.

Pero, ¿qué hacen exactamente los miembros del Congreso de la Unión para revertir la poca confianza que se tiene en ellos? En realidad, nada.

La clase política parlamentaria de los últimos años en nuestro país, sea de cualquier partido político, ha demostrado no estar preparada para desempeñar un cargo de representación popular, ni mucho menos para hacer valer el equilibrio entre poderes.

La actitud que asumen los representantes populares los haría dignos a no ser siquiera contratados por ninguna empresa, ya sea por su insustancial perfil académico o la poca experiencia profesional.

No son buenas señales que los legisladores del oficialismo confronten, amenacen y debiliten presupuestalmente, tanto al Poder Judicial como al Instituto Nacional Electoral.

En ningún partido de fútbol, como en ninguna competición, no hay posibilidad de que una de las partes competidoras violente previamente al árbitro sin que esto pueda generar consecuencias.

Peor aún es cuando un equipo o club deportivo atenta en contra de su propia afición. Esto sería inconcebible en el ámbito deportivo, pero no en el Congreso mexicano.

Prueba de esto es el 52.62 por ciento de los votantes de Acapulco que eligieron como gobernadora de Guerrero a Evelyn Salgado Pineda de MORENA y que hoy son maltratados porque después del destrozo que dejó el huracán Otis en el municipio, el Presupuesto de Egresos de la Federación 2024 no contempla un solo peso para atender la emergencia de las más de 250 mil familias que ahí viven, a pesar de la mayor deuda histórica que habrá el próximo año, regalo de los diputados de MORENA-Verde-PT por 1.9 billones de pesos a los mexicanos.

Vale la pena recordar lo dicho por Jeremy Bentham en su imprescindible, pero desconocida obra entre los legisladores de MORENA-Verde-PT, Tácticas Parlamentarias: “cuanto más importa a los pueblos el conocer la conducta de los que gobiernan, tanto más importa a estos últimos el conocer los verdaderos deseos de los primeros”.

Se verá si en la elección de 2024 a los ciudadanos mexicanos les quedó claro el actuar de los diputados obradoristas de que “primero los pobres” de Acapulco no son importantes en el Presupuesto de Egresos de la Federación del próximo año.

Red social X: @jose_ricardo_mp

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Opinión

La importancia de la educación en ciberseguridad para grupos vulnerables en México

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Por: Jorge Antonio Cano Félix

La era digital ha traído consigo un sinfín de oportunidades, pero también retos complejos en materia de seguridad. Hace poco leí que en México, el número de usuarios de internet ascendió a 97 millones de personas durante 2023, lo que representa el 81.2% de la población mexicana, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) del Inegi. Esta cifra refleja el impacto que tiene la conectividad en la vida diaria de los mexicanos. Sin embargo, con el acceso masivo a internet, surge una creciente preocupación por la ciberseguridad, especialmente en grupos vulnerables que carecen de la educación adecuada para protegerse en línea.

A lo largo de los años, he tenido la oportunidad de analizar el impacto de la tecnología en diferentes sectores, y uno de los temas más críticos hoy en día es la falta de educación en ciberseguridad, tanto en la población en general como en sectores marginados. Las personas mayores, los niños, adolescentes y quienes viven en comunidades rurales son, sin duda, los más expuestos a las amenazas del cibercrimen debido a su falta de conocimiento en esta materia. Estos grupos enfrentan riesgos que van desde el robo de identidad hasta la extorsión, lo que pone en peligro tanto su seguridad personal como económica.

En mi experiencia, la ciberseguridad no debe ser tratada únicamente como un tema técnico o empresarial; debe ser un pilar educativo desde temprana edad. En México, el reto es grande, pero también hay avances importantes. Aquí contamos con el programa “Habilidades Digitales para Todos”, impulsado por la Secretaría de Educación Pública (SEP), que busca integrar la ciberseguridad en los planes de estudios de educación básica y media superior. Además, instituciones como la UNAM y el Tecnológico de Monterrey han desarrollado cursos y programas enfocados en fortalecer la cultura de ciberseguridad entre los jóvenes. No solo brindan herramientas para protegerse en línea, sino que también fomentan la conciencia sobre cómo identificar y prevenir fraudes digitales.

Asimismo, la implementación de programas de alfabetización digital para adultos mayores es esencial. He tenido la oportunidad de participar en talleres donde las personas de la tercera edad manifestaron su frustración ante las amenazas digitales que enfrentan, desde correos electrónicos fraudulentos hasta el mal uso de sus datos bancarios. Estos grupos no solo necesitan acceso a la tecnología, sino también una educación continua que les permita navegar de manera segura en un entorno digital cada vez más complejo.

El futuro de la educación en ciberseguridad en México debe estar marcado por una estrategia integral que incluya a todos los sectores de la sociedad. Recientemente, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reportó que invertir en ciberseguridad tiene un impacto directo en el crecimiento económico de los países, lo que refuerza la importancia de fortalecer esta área. Con la próxima administración mostrando interés en seguir desarrollando la infraestructura digital del país, se abre la puerta a una mayor inversión en educación en ciberseguridad, particularmente para los grupos más vulnerables.

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Opinión

Tecnología y educación: un camino hacia la eficiencia en el gasto público

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Por: Jorge Antonio Cano Félix

Hace poco, tuve la oportunidad de revisar un informe de la UNESCO sobre la implementación de sistemas de gestión administrativa en América Latina, y me hizo reflexionar sobre las enormes áreas de oportunidad que tiene el sector educativo en México para eficientar sus procesos y, sobre todo, optimizar su presupuesto. La tecnología, cuando se utiliza de manera inteligente, puede ser un aliado formidable para enfrentar los retos que nuestra educación enfrenta, especialmente en un país tan grande y diverso como el nuestro.

En México, se invierte una cantidad considerable en educación. Según datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), el presupuesto destinado a este sector en 2023 fue de alrededor de 420 mil millones de pesos. Sin embargo, la realidad es que gran parte de este monto se pierde en procesos administrativos que ya podríamos catalogar de ineficientes y burocracia. Aquí es donde la tecnología tiene un papel fundamental que jugar. La adopción de sistemas de control de gestión y administración de nóminas podría liberar recursos que podrían ser invertidos directamente en la mejora de la calidad educativa.

Para saber más, consulté un estudio del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), donde se discutía la necesidad urgente de modernizar la administración escolar en México. Las tareas administrativas representan uno de los mayores costos ocultos en el sistema educativo, en donde se desvían recursos y tiempo que podrían destinarse a mejorar la infraestructura escolar o a capacitar a los docentes. La implementación de sistemas de gestión escolar basados en inteligencia artificial y big data permitiría un seguimiento más preciso de los recursos y reduciría significativamente el tiempo dedicado a tareas administrativas.

Un ejemplo que me llamó la atención es lo que ha logrado Finlandia, un país que ha estado a la vanguardia en el uso de la tecnología en la educación. A través de la integración de sistemas de gestión escolar, Finlandia ha logrado reducir el tiempo dedicado a tareas administrativas en un 15%, permitiendo que los docentes se centren más en la enseñanza. La clave de su éxito ha sido la inversión constante en tecnología y la capacitación del personal para utilizarla de manera efectiva. Este es un modelo que perfectamente podríamos adaptar en nuestro país.

En nuestro país, existen señales prometedoras de que se están tomando pasos en la dirección correcta. La próxima administración federal, que será encabezada por Claudia Sheinbaum, ha manifestado su interés en modernizar el sistema educativo y adoptar tecnologías que permitan un uso más eficiente de los recursos. Es un gran avance, ya que, si logramos integrar sistemas de gestión administrativa y de nóminas en las escuelas públicas, podríamos liberar miles de millones de pesos que podrían invertirse en mejorar la calidad de la enseñanza.

La tecnología no es una solución mágica que resolverá todos los problemas de nuestro sistema educativo, pero es, sin duda, una herramienta poderosa que puede ayudarnos a hacer más con los recursos que ya tenemos. Al final del día, el objetivo es claro: queremos un sistema educativo que brinde a nuestros niños y jóvenes las herramientas que necesitan para construir un futuro mejor. 

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Opinión

La siguiente transformación impulsada por IA

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Por: Jorge Antonio Cano Félix

La función pública ha recorrido un largo camino hacia la modernización, y hoy más que nunca, se enfrenta al desafío de integrar soluciones tecnológicas que optimicen su operación. Con la llegada de herramientas como Microsoft Copilot Pages, la posibilidad de transformar los procesos gubernamentales es más real que nunca. Este tipo de plataformas, que integran inteligencia artificial (IA) y colaboración en tiempo real, representan una oportunidad clave para mejorar la eficiencia y transparencia en las instituciones públicas.

Si bien México ha ido avanzando hacia un gobierno más digital en los últimos años, la administración entrante, liderada por Claudia Sheinbaum, ha dejado claro que la modernización tecnológica es una prioridad. Durante su gestión en la Ciudad de México, ya demostró su compromiso con la digitalización de los servicios públicos, y todo indica que esta tendencia se fortalecerá a nivel federal. 

Microsoft Copilot Pages es un ejemplo perfecto de cómo las tecnologías pueden mejorar los procesos. Esta plataforma no solo permite la colaboración en tiempo real entre múltiples usuarios, sino que su integración con IA facilita la creación, edición y análisis de documentos de forma ágil y eficiente. Imaginemos un equipo interdepartamental que debe desarrollar un proyecto de infraestructura. Con Copilot Pages, todos los actores involucrados podrían trabajar simultáneamente en un documento compartido, lo que reduce el tiempo de revisión y toma de decisiones, y evita los errores de coordinación.

De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las herramientas de IA pueden aumentar la eficiencia gubernamental hasta en un 30%, al automatizar tareas repetitivas y permitir que los funcionarios se concentren en decisiones estratégicas. En países como Estonia, la digitalización ha permitido que el 99% de los trámites gubernamentales se realicen en línea, generando ahorros significativos en tiempo y recursos. México se encamina hacia una transformación similar, y es aquí donde las plataformas colaborativas como Copilot Pages jugarán un papel crucial.

Uno de los grandes beneficios de estas tecnologías es el ahorro de costos. Se estima que la implementación de herramientas digitales en la función pública podría reducir los gastos administrativos en un 20-25%, según un informe del McKinsey Global Institute . Esto incluye menos viajes y reuniones presenciales, disminución de trámites en papel y una mayor eficiencia operativa. Además, la IA permite procesar grandes volúmenes de información rápidamente, lo que resulta en decisiones más informadas y precisas.

A pesar de las ventajas, existen desafíos que no pueden ser ignorados. La seguridad de la información es uno de los principales retos. Las instituciones públicas manejan datos sensibles, y cualquier brecha en la seguridad podría tener consecuencias graves. Por ello, plataformas como Copilot Pages deben cumplir con los más altos estándares de protección de datos, un tema en el que México ha avanzado, pero que sigue siendo prioritario. De hecho, el gobierno ha implementado normativas como la Ley General de Protección de Datos Personales en Posesión de Sujetos Obligados, para asegurar el manejo adecuado de la información pública.

Otro aspecto a considerar es la resistencia al cambio. La función pública ha sido tradicionalmente conservadora en la adopción de nuevas tecnologías, y la IA puede ser vista como una amenaza para algunos funcionarios. Sin embargo, la clave está en la capacitación.

Por fortuna la nueva administración, con su enfoque en la innovación tecnológica, tiene la oportunidad de liderar un cambio cultural que, además de promover la adopción de estas plataformas, también garantice que los funcionarios públicos estén capacitados para aprovechar al máximo sus beneficios. En definitiva, el uso de herramientas como Microsoft Copilot Pages ofrece una oportunidad única para que la función pública se transforme y se alinee con las demandas del siglo XXI.

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