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El mediocampo de la Selección Mexicana se prepara para recibir un refuerzo de peso. Álvaro Fidalgo, la figura española del América, ha aceptado sumarse a las filas del Tri, poniendo fin a meses de especulaciones. Sin embargo, su debut no será inmediato, pues el jugador deberá cumplir con una espera burocrática y, posteriormente, afrontar una dura competencia interna.

El volante ya cuenta con la documentación requerida para ser mexicano, pero no será elegible sino hasta enero de 2026. Aunque recibió su carta de naturalización en diciembre de 2024, la normativa exige el cumplimiento de cinco años de residencia en el país para ser considerado por la Selección, periodo que se completará justo al inicio del año mundialista.

La incorporación de Fidalgo lo obligará a medirse con una de las zonas más competidas del equipo de Javier Aguirre. Su objetivo de llegar a la Copa del Mundo implicará superar la calidad de jugadores como Edson Álvarez, Orbelín Pineda y Erick Sánchez, además de talentos emergentes como Erik Lira, Fidel Ambriz, Obed Vargas, Gilberto Mora y Marcel Ruiz.

Este cambio de rumbo es notable si se considera que hace apenas cinco meses, Fidalgo había rechazado la posibilidad de jugar con México, argumentando que «por muchos motivos no me veo en la Selección Mexicana» y destacando la complejidad de la competencia. Además, en 2022 había confesado que su sueño «en mi corazón es jugar con España», país al que representó en categorías inferiores.

Una vez que se cumpla el tiempo reglamentario, el futbolista será convocado por el Tri para un microciclo en Centroamérica durante enero de 2026. Su posible debut oficial, de marchar todo según lo planeado, se daría en marzo de 2026 en el marco de la reinauguración del Estadio Azteca, en un amistoso que se especula sería contra la selección de Portugal.