Hace más de medio siglo, Sandy Koufax forjó su leyenda en el montículo, siendo considerado uno de los mejores lanzadores zurdos en la historia del béisbol, con una carrera dominante a inicios de la década de los 60. Con una presión histórica sobre sus hombros, Clayton Kershaw apareció en la escena casi 40 años después para continuar el linaje de los zurdos de élite en Los Ángeles.
Aunque al inicio se le comparó con el mítico Koufax, el trabajo y las cualidades de Kershaw le permitieron ganarse un lugar propio. Hoy, el icónico número 22 no solo es reconocido como el heredero de Koufax, sino que su nombre ya figura de manera independiente entre los más grandes de los Dodgers, junto a figuras de la talla de Fernando Valenzuela.
La carrera de Kershaw, ligada al Dodger Stadium, es la envidia de muchas franquicias. De hecho, el Gerente General de los New York Yankees, Brian Cashman, admitió recientemente que hizo «esfuerzos legítimos» para fichar al fenómeno zurdo antes de que se consolidara en las Mayores.
Cashman recordó que, cuando Kershaw aún estaba en Ligas Menores, propuso ideas al entonces GM de los Dodgers, Ned Colletti, con el fin de adquirirlo. Afortunadamente para la afición angelina, Colletti fue lo suficientemente astuto para rechazar la propuesta. Los Yankees sabían que estaban tras un futuro grande, pero Kershaw estaba destinado a ser un Dodger.
Con el inminente final de la temporada 2025 de la MLB, Clayton Kershaw se despedirá del béisbol profesional. Su actuación en el Dodger Stadium fue la última frente a la afición que lo adoptó. Con solo uno o dos juegos restantes en la Serie Mundial, el legendario lanzador solo busca irse como campeón.




















