Justo el día en que Morena y aliados le niegan recursos para la reconstrucción a Guerrero por el paso de Otis; justo el día en que los diputados de Morena dicen que se utilizarán los recursos de los fideicomisos del Poder Judicial para apoyar a la población afectada, omitiendo convenientemente precisar que ese dinero esta en litigio y no puede ser usado, el secretario de Hacienda, Rogelio Ramirez de la O, a la clásica usanza de los «conservadores», se da el gusto de cenar en uno de los restaurantes más exclusivos y caros de México. Ayer el funcionario fue visto en el restaurante de comida francesa Bakéa mientras que en Acapulco la crisis humanitaria se agudiza. El doble discurso de la austeridad.
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