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La democracia llega al Metropolitano para definir quiénes merecen ser llamados «Leyendas». Con el respaldo de una masa social récord, el Atlético de Madrid ha abierto una votación histórica para que sus más de 151 mil socios elijan a los 20 nombres que adornarán las afueras del estadio. El proceso busca sanar viejas heridas y asegurar que los rostros que representen al club sean aquellos que los aficionados realmente sienten como suyos, basándose en un análisis de mérito cualitativo y legado generacional.

En este análisis pormenorizado, la ausencia de Hugo Sánchez ha sido la noticia que más ha resonado en México. El delantero, que logró su primer Pichichi vestido de rojiblanco, ha sido borrado de la lista de candidatos debido a su falta de «comportamiento con el club y la afición» tras su partida. Para la directiva, el fútbol es memoria, y la memoria de Hugo está teñida exclusivamente de blanco, lo que invalida sus méritos deportivos logrados bajo las órdenes de la familia Gil.

Junto al mexicano, Thibaut Courtois también observa desde la distancia cómo se le cierran las puertas del olimpo colchonero. El guardameta, cuya placa original fue objeto de escupitajos y basura durante años, ha sido descartado por su constante fricción con la grada. El club busca que el nuevo paseo sea un lugar de respeto y peregrinación, no de conflicto, por lo que ha preferido priorizar a figuras que, independientemente de sus títulos, mantuvieron un vínculo de respeto tras finalizar su etapa.

La mecánica de la votación es exhaustiva, obligando a los socios a navegar por cuatro etapas distintas de la historia del club. Se busca una representación equilibrada que abarque desde los pioneros hasta la época dorada de la última década. Al excluir a los jugadores activos, el club evita sesgos por el rendimiento inmediato, enfocándose en un reconocimiento a largo plazo que solo se otorga a quienes han colgado las botas o han dejado un legado finalizado y respetado por la mayoría.

Este movimiento institucional refuerza la idea de que el Atlético de Madrid no es solo una entidad deportiva, sino un sentimiento compartido. Al dejar fuera a figuras de la talla de Sánchez y Courtois, el club envía un mensaje potente al mundo del fútbol: en el Metropolitano, la lealtad y el respeto valen más que cualquier trofeo. El nuevo Paseo de Leyendas será, ante todo, un reflejo de los valores que los 151 mil socios defienden cada fin de semana en la grada.