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El Gobierno de México planteó un impuesto del 8% a los videojuegos con contenido violento, como parte de la Iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal de 2026.

La Secretaría de Hacienda explicó que el gravamen, bajo el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), busca desincentivar el consumo de títulos con violencia intensa, lenguaje explícito, apuestas o contenido sexual, además de recaudar recursos para atender problemas de salud mental relacionados con su uso.

De acuerdo con la propuesta, el impuesto aplicaría a videojuegos clasificados como C, D o M (para mayores de 18 años), entre ellos sagas como Grand Theft Auto, Call of Duty, Resident Evil o Silent Hill.

El cobro se extendería tanto a copias físicas como a servicios digitales de descarga y acceso en línea.

El Ejecutivo federal sostiene que la medida pretende proteger la salud de los consumidores, en especial la niñez, y fomentar un consumo más consciente al evaluar el tipo de contenido adquirido.