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El Departamento de Justicia de Estados Unidos detuvo a 78 personas sospechosas de cometer delitos migratorios en tres días, en un operativo en el Valle del Río Grande, al sur de Texas.

La operación «Pick-Off», centrada en migrantes irregulares «que previamente cometieron otros crímenes estando irregularmente en Estados Unidos», según un comunicado, comenzó el 22 de agosto y fue ejecutada en los condados de Cameron, Willacy, Hidalgo y Starr.

De los 78 arrestados, 65 eran personas «previamente deportadas» en libertad condicional tras condenas por diferentes delitos a nivel estatal, desde drogas hasta agresión, y han sido acusadas de cargos federales por «reingreso irregular» en el país.

Otros 11 detenidos han sido acusados de «violaciones similares relacionadas con la migración” y podrían ser deportados inmediatamente.

Los dos restantes, que según el comunicado también estaban en libertad condicional tras condenas estatales, están acusados de delito menor por «evitar ser examinados» por los oficiales de migración.

El operativo estuvo coordinado por agencias gubernamentales como el Servicio de Migración (ICE), el FBI y la agencia antinarcóticos (DEA) en el Valle del Río Grande. El objetivo es llegar a los 43 condados que están bajo supervisión de la Fiscalía del Distrito Sur de Texas.