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El ejército israelí anunció el viernes el despido de dos oficiales y la reprimenda a otros tres por su involucramiento en ataques con drones en Gaza que resultaron en la muerte de siete trabajadores humanitarios durante una misión de entrega de alimentos. Los ataques, según una investigación liderada por un general retirado, se debieron a un manejo incorrecto de información crítica y a violaciones de las reglas de compromiso del ejército.

Este reconocimiento por parte de Israel llega en un momento en que el país enfrenta críticas de importantes aliados, como Estados Unidos, por no proteger adecuadamente a los civiles en Gaza durante su conflicto con Hamas. Los hallazgos podrían incrementar el escepticismo sobre las decisiones militares de Israel, cuyas fuerzas han sido acusadas de atacar imprudentemente a civiles, lo cual Israel niega.

El portavoz del ejército, contralmirante Daniel Hagari, calificó el incidente de tragedia y aseguró que tomarán medidas para que no se repita. A pesar de las medidas disciplinarias rápidas tomadas contra los oficiales, aún se desconoce si estas acciones mitigarán la protesta internacional o convencerán a los grupos de ayuda para reanudar operaciones en Gaza, donde una gran parte de la población está al borde de la inanición.

World Central Kitchen, la organización afectada, calificó las acciones del ejército como un avance, pero destacó la necesidad de cambios sistemáticos para evitar futuros errores. El ejército también reveló que los ataques fueron autorizados bajo la premisa errónea, basada en imágenes no claras de drones, de que alguien en el convoy estaba armado, lo cual resultó ser falso. La investigación y sus consecuencias están ahora en manos del fiscal general del ejército, quien decidirá si se imponen más sanciones o se llevan a cabo procesamientos.