Derrick Rose ha puesto punto final a su carrera tras 16 temporadas en la NBA. Anunció su retiro con un mensaje conmovedor en redes sociales, afirmando: «El baloncesto fue mi primer amor… Esto no es un adiós, sino un agradecimiento». La carrera del base estuvo marcada tanto por sus logros en la cancha como por las constantes lesiones que le impidieron alcanzar su verdadero potencial.
El mayor golpe para Rose y los Bulls llegó en 2012, cuando una lesión en los playoffs truncó el sueño de su equipo de llegar a las finales. Después de ese momento, Rose luchó por recuperar su nivel, pero las lesiones se convirtieron en una barrera constante. Aunque jugó para varios equipos, como los Knicks, Cavaliers, Timberwolves y Grizzlies, nunca volvió a ser el jugador dominante que fue en sus primeros años.
A pesar de las adversidades, Rose tuvo destellos de grandeza, como el partido en el que anotó 50 puntos en 2018 con los Timberwolves, un momento que quedó grabado en la memoria de los aficionados. Rose también se destacó como un mentor para las nuevas generaciones de jugadores en sus últimos años en la liga.
Rose deja la NBA con números impresionantes: 12.573 puntos, 2.324 rebotes y 3.770 asistencias. Su legado también incluye ser el MVP más joven en la historia de la NBA en 2011. Aunque su cuerpo no le permitió mantenerse al nivel de su talento, Rose siempre será recordado como un grande del baloncesto.