Ousmane Dembélé ha confirmado su estatus como el mejor futbolista del planeta al sumar el trofeo The Best de la FIFA a su reciente Balón de Oro, cumpliendo con todas las predicciones. El delantero francés, ex del Barcelona, recibió el premio en Doha, con un ojo puesto en la posibilidad de ganar su sexto título consecutivo con el Paris Saint-Germain en la inminente Copa Intercontinental contra el Flamengo.
Este doblete de premios es la culminación de un año deportivo sin precedentes en la carrera de Dembélé. Su rendimiento fue el motor de la temporada más exitosa del PSG, club que ahora, bajo la dirección de Luis Enrique, se encuentra a las puertas de emular la hazaña histórica de los Sextetes del Barcelona (2008-09) y el Bayern (2019-20).
Paradójicamente, la clave de este éxito individual recae en el técnico Luis Enrique, quien logró transformar la carrera del francés. A pesar de que su relación estuvo al borde de la ruptura llegando a excluirlo de un partido de Champions League 2024-25, el entrenador español acertó al situar a Dembélé en la posición de delantero centro. Este cambio táctico fue decisivo para que el jugador explotara su potencial.
Los números de Dembélé la temporada pasada fueron decisivos para su The Best: contribuyó con 35 goles y 16 asistencias al impresionante palmarés del PSG, que incluyó la primera Champions League en la historia del club, además de la Ligue 1, la Copa de Francia, la Supercopa gala y la Supercopa de Europa. El delantero se impuso a otros nominados de renombre como Harry Kane, Kylian Mbappé y tres jugadores del Barcelona.
En contraste con su año de galardón, la temporada actual del internacional francés ha estado marcada por la inactividad. Las lesiones musculares (la del isquiotibial derecho en septiembre y la del gemelo en noviembre) han limitado su participación a solo 12 partidos en todas las competiciones, en los que ha aportado 3 goles y una asistencia, demostrando que este The Best premia un periodo excepcional que se ubica firmemente en el pasado.









