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Una pesadilla vivió Cruz Azul en Seattle al ser aplastado 0-7 por los Sounders, firmando una de las páginas más oscuras de su historia reciente. Ahora depende de un milagro para seguir con vida.

La fragilidad defensiva y la falta de reacción de los cementeros han puesto en duda el futuro de Nicolás Larcamón como timonel del equipo. El argentino, cuestionado en rueda de prensa, reconoció que su continuidad no depende de él y reiteró que está comprometido con el crecimiento del proyecto.

Sin embargo, pese a la crisis, la directiva decidió no mover fichas.Larcamón se mantendrá como entrenador del primer equipo, en un intento de darle estabilidad a un proyecto que, hasta hace poco, generaba altas expectativas.

El duelo del domingo 3 de agosto será decisivo. Cruz Azul está obligado a ganar por goleada y esperar combinaciones, si pretende avanzar. La afición, herida y molesta, exige respuestas inmediatas tras el papelón.

Este revés internacional representa un nuevo golpe a una institución que aún busca recuperar su grandeza y consistencia en torneos regionales.