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La Corte Suprema de Estados Unidos autorizó a los agentes migratorios detener en Los Ángeles a personas sospechosas de estar en el país sin documentos, al suspender un fallo que limitaba las redadas basadas simplemente en la apariencia de las personas, el idioma que hablan, o el trabajo que realizan.

Con seis votos a favor y tres en contra, el tribunal respaldó al Gobierno de Donald Trump, que había apelado la orden de la jueza federal Maame Frimpong, quien en julio prohibió temporalmente los operativos masivos en Los Ángeles y otros dos condados.

La decisión responde a una demanda presentada por inmigrantes, ciudadanos estadounidenses y organizaciones de derechos humanos, que denunciaron abusos y discriminación en las redadas iniciadas en enero.

El juez del Tribunal Supremo  Brett M. Kavanaugh argumentó que las detenciones basadas en sospechas de presencia ilegal “han sido un componente importante de la aplicación de las leyes de inmigración en Estados Unidos durante décadas”. Con el fallo, las redadas continuarán mientras el caso se resuelve en tribunales inferiores.

La resolución representa una victoria clave para la Casa Blanca y podría sentar precedente para operativos en otras ciudades con alta concentración de migrantes, pese al rechazo social que los operativos han generado en California.