El gobierno de Brasil condenó la violación a los derechos humanos de migrantes brasileños deportados desde Estados Unidos.
El avión tenía como destino la ciudad de Belo Horizonte, pero por un problema técnico tuvo que frenar en Manaos, prevista como escala.
Según autoridades brasileñas, las 79 personas a bordo fueron esposadas durante el viaje.
El Ministerio de Justicia brasileño ordenó retirárselas y repudió el «flagrante desprecio a los derechos fundamentales» de sus ciudadanos, según un comunicado oficial.
Los deportados permanecieron un día en el aeropuerto, donde les proveyeron colchones, atención médica y agua.
Se trata del primer episodio de tensión entre los gobiernos del recién estrenado Donald Trump y Luiz Inácio Lula da Silva.
