Este lunes, en Estocolmo, Suecia, retoman negociaciones funcionarios estadounidenses y chinos para abordar antiguas disputas económicas en el centro de la guerra comercial entre ambos países, con el objetivo de extender una tregua que mantenga a raya aranceles altos.
China tiene de plazo hasta el 12 de agosto para alcanzar un acuerdo con la administración Trump, después de que Pekín y Washington llegaran a un acuerdo preliminar en junio para poner fin a semanas de escalada arancelaria.
Sin un acuerdo, las cadenas de suministro mundiales podrían enfrentarse a nuevas turbulencias por gravámenes superiores al cien por ciento.
Las anteriores conversaciones comerciales entre Estados Unidos y China, celebradas en Ginebra y Londres en mayo y junio, se centraron en rebajar los aranceles de represalia estadounidenses y chinos desde niveles de tres dígitos. Así como restablecer el flujo de minerales de tierras raras paralizado por Pekín y los chips de inteligencia artificial de Nvidia y otros bienes paralizados por Washington.
Hasta ahora, las conversaciones no han profundizado en cuestiones económicas más amplias.
Para analistas las negociaciones entre Estados Unidos y China son mucho más complejas y requerirán más tiempo.