Saltar al contenido principal
Publicidad

En medio del cierre del Gobierno estadounidense, científicos y pilotos de la NOAA (Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica) continúan trabajando sin pago para mantener los pronósticos y realizar misiones en los aviones cazahuracanes, mientras el poderoso huracán “Melissa” —el más fuerte de la temporada del Atlántico— ha dejado más de 30 muertos en el Caribe.

El huracán “Melissa”, que alcanzó categoría 5 con vientos de hasta 295 km/h, golpeó Jamaica, Haití, Panamá, República Dominicana y Cuba, provocando devastación y millones de afectados.

Pese a las turbulencias extremas, el equipo de NOAA continúa volando hacia el ojo del ciclón para recolectar datos esenciales para los pronósticos.

El cierre gubernamental, que ya cumple un mes, ha dejado congelados programas cruciales como el seguro contra inundaciones, mientras los meteorólogos trabajan sin salario y con recursos limitados.

Exdirectores de la NOAA advirtieron que los recortes presupuestarios del 27% y la pérdida de miles de empleados ponen en riesgo la capacidad del país para responder ante desastres naturales.