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Carson Wentz no podrá terminar la temporada con los Minnesota Vikings. El mariscal de campo de 32 años se someterá a una cirugía en el hombro izquierdo que lo dejará fuera de acción por el resto del año, cerrando un ciclo breve y complicado con la franquicia púrpura. Wentz se lesionó originalmente el 5 de octubre frente a los Cleveland Browns, pero resistió el dolor y terminó aquel encuentro liderando una serie ofensiva decisiva.

Contratado en agosto para ser el suplente de J.J. McCarthy, Wentz asumió el mando en la Semana 3 cuando el novato se lesionó el tobillo. Su paso por Minnesota deja un registro de 2-3 y, sobre todo, la marca de ser el primer mariscal titular en seis equipos distintos en seis años consecutivos. Aunque su experiencia aportó liderazgo, el desgaste físico terminó pasándole factura en una ofensiva que nunca logró estabilidad.

El punto crítico llegó en la derrota ante los Chargers, cuando Wentz jugó visiblemente limitado. Tras recibir varios golpes y sufrir cinco capturas, lanzó su casco con frustración al banquillo, un reflejo del esfuerzo y la impotencia acumulada. “El dolor es dolor, pero quería seguir ayudando al equipo”, comentó el veterano, quien disputó ese duelo con vendajes y un arnés especial.

El entrenador Kevin O’Connell defendió su decisión de mantenerlo en el campo hasta el tramo final, destacando la comunicación constante con el cuerpo médico y el coraje del jugador. “Pedirle a un novato que entrara en esas circunstancias habría sido muy complicado”, explicó sobre Max Brosmer, quien apenas tuvo minutos al cierre del encuentro.

Con Wentz rumbo a la reserva de lesionados, los Vikings dieron de alta al ala cerrada Ben Sims, aprovechando su experiencia en el campamento del año pasado. Mientras Josh Oliver continúa fuera por una lesión en el pie, todo apunta a que McCarthy regresará como titular ante los Lions, en un intento por estabilizar una ofensiva que ha sufrido por la rotación de mariscales y la falta de continuidad.