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El rey Carlos III llegó a Ottawa en una visita oficial que, según el primer ministro canadiense Mark Carney, busca reafirmar la soberanía del país frente a recientes declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump, quien ha insinuado en varias ocasiones la posibilidad de anexar a Canadá.

Como respuesta, Carney invitó al monarca británico a pronunciar el discurso del trono, en el que se presentará la agenda legislativa del nuevo Parlamento. Cabe recordar que Carlos III es el jefe de Estado de Canadá, nación que forma parte de la Commonwealth británica.

El rey y la reina Camila fueron recibidos en el aeropuerto por Carney y la gobernadora general Mary Simon, la primera persona indígena en ocupar dicho cargo y representante oficial del monarca en el país. 

La recepción incluyó una ceremonia con guardia de honor a cargo de 25 miembros de los Dragones Reales Canadienses, cuerpo militar del que el rey es coronel en jefe.

La ocasión es inusual: no es común que un monarca británico pronuncie el discurso del trono en Canadá. La última vez ocurrió en 1977, cuando la reina Isabel II lo hizo por segunda y última vez en sus 70 años de reinado.

Pese a que la monarquía no goza de gran popularidad entre la mayoría de los canadienses, el gobierno de Carney considera la visita como un gesto de soberanía nacional y una oportunidad para distanciarse simbólicamente de Estados Unidos.

El discurso, previsto para el martes, no será redactado por el rey ni por asesores del Reino Unido, ya que Carlos III actuará como jefe de Estado no partidista y se limitará a leer el texto preparado por el gobierno canadiense. Luego de la ceremonia, el monarca visitará el Monumento Nacional de Guerra antes de regresar al Reino Unido.