Botafogo hizo historia al ganar su primera Copa Libertadores tras superar 3-1 a Atlético Mineiro en la final disputada en el Monumental de Buenos Aires. Con 80,000 espectadores como testigos, el Fogao demostró su grandeza, incluso jugando con un hombre menos desde el minuto uno tras la expulsión de Gregore por una dura entrada sobre Fausto Vera.
Luiz Henrique abrió el marcador a los 35 minutos con un gol que encendió a su equipo y destacó su estatus como el mejor jugador del torneo. Alex Telles amplió la ventaja al convertir un penal polémico antes del descanso, dejando el marcador 2-0. Aunque Eduardo Vargas descontó para Atlético Mineiro al inicio del segundo tiempo, Botafogo no perdió el control del juego.
En el minuto 97, Junior Santos selló la victoria con el 3-1 definitivo, consagrándose también como el máximo goleador del torneo con diez tantos. Este triunfo convirtió a Botafogo en el duodécimo equipo brasileño en levantar el trofeo y sumó la vigesimocuarta conquista continental para Brasil.