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Este domingo 17 de agosto los bolivianos eligen al presidente, vicepresidente y se renovará el Parlamento para el periodo 2025-2030.

Las casillas se abrieron a las ocho de la mañana, hora local, y funcionarán durante ocho horas ininterrumpidas hasta las cuatro de la tarde, cuando se prevé su cierre.

La supervisión de la votación está a cargo de 204 mil 156 jurados para 34 mil 26 mesas electorales, según datos del órgano electoral.

Al inaugurar la jornada, el presidente del Tribunal Supremo Electoral, Óscar Hassenteufel, destacó que este proceso “es el más importante de la historia contemporánea, no solo porque se juegan muchas cosas, sino porque coincide con la celebración del bicentenario de la independencia“, conmemorado el pasado 6 de agosto.

El voto en el país sudamericano es obligatorio y tras emitirlo, el elector recibe un certificado de sufragio que deberá presentar para realizar cualquier trámite en instituciones públicas y bancarias en los 90 días posteriores a los comicios.

Bolivia cuenta para esta elección con el Sistema de Transmisión de Resultados Preliminares, junto al cómputo oficial deberían ser suficientes para evitar las denuncias de fraude o manipulación dolosa de resultados.

Para ganar en primera vuelta, un candidato debe lograr más del 50 por ciento de los votos, o un mínimo del 40 por ciento con al menos 10 puntos de ventaja sobre el siguiente, según la ley del Régimen Electoral.