La derrota en el partido de hockey entre los Pittsburgh Penguins ante los Winnipeg Jets 4-1 dejó un momento para el recuerdo: Sidney Crosby enfrentándose a Kyle Connor en una pelea que sorprendió a todos. Este acto, inusual en un jugador conocido por su serenidad, mostró su compromiso con el equipo.
El altercado surgió tras un golpe de Connor sobre Crosby, quien respondió sin dudar con una serie de golpes cruzados, que culminaron en un intercambio de puñetazos entre ambos. La pelea levantó el ánimo de los Penguins, y Michael Bunting marcó un gol casi de inmediato, demostrando el impacto de la acción de su capitán.
El novato Owen Pickering describió el momento como “admirable”, resaltando cómo Crosby dio un paso al frente cuando más lo necesitaban. Por su parte, el defensa Matt Grzelcyk aseguró que el equipo se sintió motivado para no quedarse atrás en intensidad.
Aunque la remontada no llegó, Crosby probó que su liderazgo va más allá de su habilidad, convirtiéndose en un claro ejemplo para sus compañeros.