El clásico 258 en el Santiago Bernabéu no decepcionó y ofreció un espectáculo vibrante entre el Real Madrid y el Barcelona. El equipo blanco llegó con una racha de cuatro victorias consecutivas sobre su eterno rival, pero los culés lograron imponer su ritmo y se llevaron una victoria memorable. En el primer tiempo, el Real Madrid se mostró superior y generó diversas jugadas de peligro; sin embargo, los merengues se encontraron en fuera de juego hasta en siete ocasiones, incluyendo lo que parecía un gol de Mbappé en el minuto 30, que fue anulado por la misma razón.
Al comienzo del segundo tiempo, el Barcelona demostró que no había viajado a la capital para especular y, en el minuto 54, Robert Lewandowski rompió el marcador. Aprovechando una desatención de Ferland Mendy en la línea de fuera de juego, el delantero polaco quedó solo frente al arquero Lunin y definió con frialdad para poner el 1-0. Tan solo dos minutos después, Lewandowski volvió a brillar al recibir un centro perfecto de Alejandro Balde, quien, tras controlar y levantar la cabeza, colocó el balón para que el polaco rematara de cabeza al segundo palo, firmando así su doblete.
La ventaja de dos goles no frenó el ímpetu ofensivo de los blaugranas, que continuaron dominando el partido. Al minuto 77, la joven promesa Lamine Yamal se hizo presente en el marcador con un potente disparo desde fuera del área, que dejó sin posibilidades a Lunin. Ya en los minutos finales, Raphinha puso el broche de oro a la goleada al recibir el balón dentro del área y, con una sutil vaselina, anotó el cuarto gol, sellando la derrota del equipo madrileño ante su afición.
Con esta victoria, el Barcelona rompió la racha ganadora del Real Madrid. El dominio del segundo tiempo por parte de los catalanes fue innegable, con un Lewandowski que resultó letal en el área y una plantilla que aprovechó cada error defensivo del Madrid. La emoción y rivalidad de este clásico se mantiene más viva que nunca, dejando a los aficionados expectantes para el próximo enfrentamiento.